Las bicicletas Osco llegan con el espíritu de una moto Harley (Bolivia)

No llevan motor, pero por su forma son muy parecidas a las míticas motos. Dos hermanos paceños crearon estas nuevas máquinas de tres metros de largo

Cuando Jorge Luis Osco Llanque se enteró de que una motocicleta Harley Davidson le costaría unos 25 mil dólares, pensó que jamás podría cumplir el gran sueño de tener la suya.

Trabajó durante cuatro años en Santa Cruz, ahorró dinero, pero estaba muy lejos de aquel monto. En eso, su hermano Dilton le propuso: “¿Y si armamos una bicicleta como si fuera una moto?”. Jorge se sorprendió, miró los ojos de su interlocutor y, en voz baja, preguntó: “¿Una motocicleta con forma de bicicleta?” No necesitó respuesta. Ambos conocen de cerrajería y, con esa base, comenzaron el proyecto.

Bicicleta con pinta de moto

El 2008, Jorge (28 años) retornó a La Paz de Santa Cruz, donde trabajó cuatro años. Con algo de dinero quiso comprar una Harley, pero no le alcanzaba, Después pensó en armar la moto, pero de todos modos el monto era alto. “A mí siempre me gustaron las motos y la velocidad”, admite Jorge.

Dilton lanzó la idea de la bicimoto y, en noviembre, los hermanos cotizaron el material. A fines de noviembre comenzaron a trabajar en el diseño. Dilton, de 30 años, trazó con un lápiz y papel la nueva bicicleta Harley que, de hecho, debía ser más larga que las tradicionales bicicletas.

Para el esqueleto o chasis, los hermanos Osco Llanque optaron por utilizar tubos de hierro más resistentes y de dos milímetros. “Ante un eventual choque, este armazón no se doblará”, agrega Jorge en el taller de su primo.

Primero se hizo el chasis y luego la horquilla, parte delantera, para darle la forma. El armado del esqueleto es vital para ajustar las ruedas y la amortiguación.

“Cuando la bicicleta guinda tomó forma, creímos que era muy pesada, por los cuatro brazos o sujetadores para las llantas en la parte posterior. Por eso los redujimos a dos”, sostiene Dilton. Las ruedas son número 26 y el aro es de aluminio. Las dos bicicletas se terminaron de construir la primera quincena de enero.

Las bicicletas tipo Harley miden tres metros desde el borde de la llanta delantera hasta la trasera, con una altura de un metro y 20 centímetros. Tiene 21 velocidades y pesa cerca de 22 kilos.

Aún sin pintar, Jorge y Dilton probaron sus máquinas en la avenida Mario Mercado de Villa Salomé, en La Paz. “Hicimos todas las pruebas, saltamos y corrimos con ellas, y aguantaron sin problemas”, explica Jorge. Claro, a los vecinos les dio la impresión de que las bicis eran algo extrañas.

“La gente se reía, les parecían un poco chistosas. Sin embargo, este 25 de enero, en la zona de San Miguel, estaban más presentables y mucha gente se nos acercó para saber dónde las habíamos comprado. Las bicicletas normales quedaban pe- queñas al lado de las nuestras”, relata Dilton.

Únicas en Bolivia

Aquello que nació como la realización de un sueño trunco, se convirtió en dos máquinas que son más veloces que las tradicionales bicicletas. “En Bolivia, éstas dos son únicas y quizás en Latinoamérica también”, enseña con orgullo Jorge Luis en su taller.
En el continente europeo se encuentran parecidas, pero pueden llegar a costar hasta 1.200 euros y son más pequeñas. Los hermanos Osco Llanque pretenden comercializarlas en los próximos meses en 500 dólares cada una. Para ello, el interesado puede comunicarse con los teléfonos 765-31533 y 706-36439.

Los cerrajeros tienen incluso ya el nombre de la marca de sus bicicletas. “Será Osco, por nuestro apellido”, revela Jorge y a un metro suyo Dilton exhibe una hoja con el logotipo de letras rojas y en forma de moto que un diseñador creó en su computadora.

En eso, y con el entusiasmo de un adolescente, Jorge enumera las ventajas de una bicicleta Osco. “Las tradicionales no sirven para realizar grandes recorridos, pero éstas sí. Las comunes por lo general o se pinchan o se destrozan, éstas tienen mucha resistencia, justamente por el material que utilizamos en el esqueleto”.

Durante las fiestas de fin de año, Jorge y Dilton tuvieron que trabajar en el armado de las dos bicicletas y la fabricación de candelabros y pequeños guerreros romanos, sin poder alcanzar a hacer otros pedidos anuales que les llegan para la feria de Alasita. Sin embargo, una sonrisa se dibuja en sus rostros al ver sus nuevas máquinas listas para correr.

Nuevos diseños prometen los hermanos Osco Llanque. Dejando por unas semanas la cerrajería, se concentraron en la proyección de un prototipo que tendrá dos metros de largo, uno menos que las Harley: es la bicicleta para niños. La primera irá a manos de Geoselinne, la hermana menor de la familia.

Extraido de La Razón (Bolivia)